En las empresas modernas conviven hasta cuatro generaciones diferentes: Baby Boomers, Generación X, Millennials y Gen Z. Cada una con su propio estilo de comunicación, expectativas y formas de trabajar. La clave para una buena cultura organizacional está en reconocer esas diferencias y construir puentes.

La comunicación estratégica multigeneracional no se trata de hablar “en lenguaje juvenil” o usar emojis en los correos. Se trata de diseñar mensajes que lleguen a cada grupo de forma clara, auténtica y útil. Esto puede incluir el uso de plataformas distintas, tonos más formales o informales, o simplemente hacer preguntas en vez de dar órdenes.

Además, fomentar espacios donde los colaboradores se escuchen entre sí puede generar aprendizajes cruzados muy valiosos. Los más jóvenes aportan innovación y agilidad; los mayores, experiencia y visión estratégica.